Este odio ha llevado a una preocupante “normalización” del antisemitismo y el uso de frases y discursos de odio que en otro contexto habrían sido vistas como inaceptables y controversiales. Factores como la desinformación en redes sociales, noticias sesgadas, la inestabilidad política, la guerra y la religión contribuyen a esta tendencia.

Pero, ¿qué es el antisemitismo? El antisemitismo es definido como el prejuicio, discriminación u hostilidad hacia el pueblo judío por su etnicidad, religión, cultura o influencia.

El pueblo judío ha enfrentado persecuciones durante miles de años. Desde las persecuciones descritas en la Biblia, las cruzadas y el holocausto hasta estereotipos y prejuicios, la comunidad judía ha experimentado una hostilidad persistente. Muchas veces el odio se vuelve casi inexplicable y para entenderlo hay que mirar más allá de lo social o político, y mirar a través de los lentes de la Biblia.

Tenemos que considerar el pacto de Dios con el pueblo judío. En Génesis 12:2-3, Dios promete a Abraham: “Haré de ti una nación grande… y en ti serán benditas todas las familias de la tierra.” Esta promesa establece a los descendientes de Abraham, el pueblo de Israel, como el medio a través del cual Dios bendeciría al mundo entero.

Esta “semilla” de Abraham se convierte en el vínculo de la promesa y la bendición de Dios a la humanidad. Que es lo que luego Pablo menciona en Romanos 11, dónde nos advierte que no debemos enorgullecernos ni despreciar al pueblo judío, sino reconocer que a través de ellos es que nosotros, los gentiles, somos injertados en el pacto. Pablo incluso profetiza que llegará el día en que “todo Israel será salvo” (Romanos 11:26), señalando que el plan de Dios para el pueblo judío sigue vigente y tiene un propósito en Su obra redentora final.

El antisemitismo (anti-semilla o camino), ataca no solo a un pueblo, sino al mismo canal que Dios eligió para Su pacto eterno y para traer bendición a todas las naciones.

En Génesis 3:15, Dios habla de una enemistad entre la descendencia de la mujer y la descendencia de la serpiente. Muchos creen que esta enemistad se ha manifestado a lo largo de los siglos, reflejado en un odio sobrenatural hacia los judíos. Esto también se ve en el conflicto bíblico entre Ismael e Isaac, los hijos de Abraham. Realidad que aún influye en lo geopolítico, cultural y espiritual entre los árabes y judíos. Aún más, en estos tiempos finales, el ataque del enemigo contra el pueblo de Israel crece (Apocalipsis 12).

A lo largo de toda la Biblia, Dios muestra su amor una y otra vez por Israel. Amar lo que Dios ama significa abrazar al pueblo judío, orar por la paz de Jerusalén (Salmo 122:6) y entender el lugar de Israel en Su plan.

Israel está en el centro de la profecía, es lugar del regreso de Jesús y del establecimiento de la Nueva Jerusalén. Al entender esto, vemos que el antisemitismo y todo lo que se está levantando en esta temporada es más que lo cultural o lo político. Es una oposición espiritual al plan de Dios, sus promesas y su nación elegida.

Como colaboradores en el plan de Dios, estamos llamados a alinear nuestros corazones al suyo y amar a Israel. Que en este tiempo seamos amigos de Israel, bendiciendo al pueblo judío, siendo esa voz de amor y consolación, y orando e intercediendo por el cumplimiento de las promesas de Dios.

Nota del editor:

Por supuesto, esto no implica que aprobamos y celebramos todas las decisiones políticas del gobierno actual de Israel. Con esto no ignoramos que dentro de una guerra como la que se está desatando en medio oriente hay de ambas partes abusos y muerte de inocentes, una guerra está llena de estas injusticias y más cuando las personas que las impulsan no están bajo el gobierno de Cristo ni buscan agradarlo. Todo lo que está fuera de Cristo da espacio al avance y perversiones de las tinieblas.

Amar a Israel no significa odiar Palestina e ignorar las muertes inocentes y tragedias. No buscamos fomentar bandos ni una rivalidad que solo acrecenta el odio y la intolerencia. El corazón de Dios es por Israel pero también por Palestina y cada persona que aún no conoce la verdad de Jesús.

Solo buscamos resaltar y mantener, que el plan bíblico de Dios, destaca a Israel como parte fundamental que no debemos ignorar.