Metas inspiradas por Dios.
Corremos detrás de metas que no sabemos como llegaron a nosotros. Simplemente se instalaron en nuestra mente en algún momento. El entorno, la presión social, las modas o el sistema de este mundo. Esclavos de metas que terrenalmente son buenas pero el cielo no anhela ni celebra.

Sin darnos cuenta muchos factores a nuestro alrededor van tallando deseos en nuestros corazones. De ahí viene la ansiedad y la preocupación, incluso la frustración. Cuando estamos esforzándonos por algo que parece bueno pero que no es lo que Dios pensó para nosotros.

Por eso, a la hora de proyectar y trazar planes, es fundamental parar y esperar la inspiración y dirección de Dios. No apresurarse, no comprar el pack de sueños y metas de instagram, no copiarme de otros. Dios tiene algo específico para cada uno y se deleita en darnos a conocer su plan para nosotros y el plan global que nos incluye.

"Yo te haré saber y te enseñaré el camino en que debes andar; te aconsejaré con mis ojos puestos en ti." Salmo 32:8

“El corazón del hombre piensa su camino; Mas Jehová endereza sus pasos.”

‭‭Proverbios‬ ‭16‬:‭9‬ ‭

Metas alcanzables.

Uno de los errores que todos cometemos es ser ingenuos y plantear logros inalcanzables. El entusiasmo es bueno para iniciar pero cuando se desvaneces queda en evidencia si el plan era sostenible. Acá aplica el consejo: menos es más, o el concepto de: todos los días 1% mejor.

Es cierto que a veces las decisiones radicales logran torcer malas costumbres o pasividad. Pero está demostrado de que los cambios permanentes son los que se construyen ladrillo a ladrillo, o con hábitos pequeños y amigables.

Metas integrales.
Somos un ser integral. Espíritu, alma y cuerpo. Emociones e intelecto. Necesitamos desarrollarnos de manera equilibrada. Encontrar actividades y disciplinas que fortalezcan cada una de esas áreas.

Algunas sugerencias:

• Espíritu: Leer la biblia diaramente en un mismo horario. Encontrar un compañero para orar un día a la semana. Elegir un libro que fortalezca nuestra vida espiritual.

• Alma: Hacer tiempo semanal para coincidir con personas que nos den buenas conversaciones, regalarse a uno mismo tiempo de calidad, encontrar lugares donde uno desconecte de la rutina y las preocupaciones.

• Cuerpo: ejercicio en un plan alcanzable, hacer mejores compras en el super, reducir ciertas comidas en nuestra vida cotidiana, encontrar un compañero de actividad física.

Nuestro desafío es entonces tener un crecimiento integral. Todos son igual de importantes y la vida abundante es resultado de la combinación de todas estas partes.

Metas anteriores.

En un año nuevo no hay que descartar todo lo anterior y empezar de cero. Por eso es bueno revisar que metas siguen aun en proceso, cuales nos vienen acompañando de otros años y es bueno mantener y seguir cuidando. Ya sea relaciones, alimentación o una vida de ordenada.

Es sabio velar por lo que ya tenemos y cuidarlo, regarlo para que siga creciendo sano.

Lo nuevo solo se puede implementar si hay una base con fundamentos firmes y bien consolidados. Por eso es valioso conservar lo que venimos construyendo y no ser ansiosos en cuanto a los resultados esperados, a veces pueden llevar mucho más que uno o dos años.

Para finalizar, que Dios bendiga cada plan y te confíe nuevos desafíos en este nuevo año.

¡Feliz año heaveners!