Aprender a fracasar

4 nov 2024

Tendemos a pensar que nos tiene que ir bien en todo, y si nos va mal nos frustra. Y un poco la verdad que si, somos humanos, tendemos a evitar el sufrimiento y a buscar todas las alternativas para no fracasar. De hecho pensamos en el fracaso como algo muy malo, que no nos tiene que pasar nunca y si nos pasa que se entere la menos cantidad de gente posible.

Tendemos a pensar que nos tiene que ir bien en todo, y si nos va mal nos frustra. Y un poco la verdad que si, somos humanos, tendemos a evitar el sufrimiento y a buscar todas las alternativas para no fracasar. De hecho pensamos en el fracaso como algo muy malo, que no nos tiene que pasar nunca y si nos pasa que se entere la menos cantidad de gente posible.

Pero el fracaso tiene una potencia, que si la aprovechamos podemos canalizarla para nuestro bien. Y ahi es donde la palabra “resiliencia” toma efecto, es re chliché la de Thomas Edison  — “fracasó 999 veces en hacer la lampara incandescente hasta que al intento nro. 1.000 lo logró” — 

Pero es verdad, ese es el secreto nro. uno, canalizar el fracaso para aprender y volver a intentar con lo aprendido, usar esa energía a nuestro favor. Porque hay dos opciones:

  • Fracasar y rendirse

  • Fracasar y volver a intentar

No hay mucho mas, o tomamos el fracaso como parte del proceso natural o tomamos el fracaso como una catástrofe que nos paraliza y nos detiene.

En San Francisco, CA, hay una cultura de aceptación al fracaso impresionante, en el libro “Sálvese quien pueda”, Andres Oppenheimer habla sobre tecnología y un poco sobre el futuro hacia donde van los próximos desarrollos y cuenta que le impresionó como esta cultura promueve el intentar aunque fracases, ellos te cuentan la cantidad de veces que fracasaron sin tabú, lo cuentan como contando las insignias o medallas que obtuvieron con esos intentos.

Para ellos vale mas intentar y fracasar, que no haberlo intentado nunca por miedo a no tener éxito.

El miedo al fracaso paraliza tus sueños.

Ademas el fracaso es temporal, nos pule, nos purifica como al oro en el fuego de la prueba, nos hace mejores.

Hay una técnica Japonesa de restauración de objetos que se llama KINTSUGI, donde reparan por ejemplo una vasija y todas sus grietas las rellenan con oro puro, así que ese objeto roto sin valor para a ser un objeto de lujo, y todas sus heridas quedan a la vista, pero ahora restauradas con oro.

Yo creo que el fracaso deberíamos usarlo de la misma manera, o lo usamos para volvernos vasijas rotas pero útiles y reparadas con el oro de la virtud o nos volvemos vasijas rotas, que no pueden contener ninguna sustancia.

Fracasar está bien, es mejor que dejar morir los sueños. Hay que seguir intentando.

Porque aunque el justo caiga siete veces, se levantará;

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