Hace casi 10 años con mi esposa nos dedicamos a dirigir un negocio de iluminación enfocado en el diseño. Fabricamos luminarias que se venden en los principales locales de Argentina. Participamos de varias expo de diseño como Casa Foa, Experiencia living y el próximo año expondremos en Italia en Salone del Mobile. También nos convocaron para realizar la iluminación en varias ediciones de Masterchef. Iluminamos hoteles, teatros, restaurant entre otros.

Si te digo que fue fácil llegar acá te estaría mintiendo. Los comienzos nunca son fáciles. Por eso te quiero contar 5 cosas que, hoy mirando en perspectiva, te van a ayudar si estás pensando en iniciar un negocio.

1. Empezar.
   Emprender es un camino lleno de dificultades y oportunidades que requiere pasión y determinación. No todos están hechos para este desafío, y es importante reconocerlo desde el inicio. Pero si tenes una idea, lo mejor es EMPEZAR. No esperes el clima perfecto, empezá, probá, golpeá puertas y equivócate. Porque en ese proceso es donde vas a ir dándote cuenta que cosas son las que sirven y cuáles no.
   
   

2. Persistir.

   Es fácil abadonar un negocio cuando se presenta el primer obstáculo. Es muy común ver gente que inicia un emprendimiento y al poco tiempo lo abandona, luego arranca otro negocio, se presenta una dificultad y lo vuelve a abandonar, gastando recursos sin darle el tiempo necesario para que el proyecto pueda crecer.
   
   Los obstáculos son los que te ayudan crecer y encontrar tu lugar. Te cuento un ejemplo, con IWish arrancamos vendiendo guirnaldas de luces. Cuando arrancamos fue un boom, éramos de los pocos que las fabricábamos. Luego de un tiempo el mercado se empezó a llenar de gente haciendo lo mismo, entonces el producto dejó de ser rentable porque había mucha competencia. Los márgenes de ganancias eran muy pequeños. Entonces teníamos dos opciones, por un lado seguir con el producto tratando de mejorar los costos, por otro lado buscar otro producto que pueda satisfacer a los clientes que ya habíamos ganado.
   Entonces empezamos a fabricar luminarias (veladores y lámparas colgantes) que nos daban mejor margen que las guirnaldas, teníamos que vender menos para ganar lo mismo.
   Los obstáculos pueden llevar a potenciarte, pero hay que persistir.

   
   

3. Resiliencia - No te hundas con el barco.

   Es importante poder adaptarte a los cambios. Tu negocio puede haber arrancado con un producto o un servicio, pero también hay que ser flexibles a las demandas del mercado.

   
   En el camino te vas a encontrar con cambios: políticos, económicos, de modas o culturales. Sin perder tu esencia tenes que tener la capacidad de ser flexible para adaptarte.
   Conocemos muchos colegas que al no saber adaptarse a los cambios de gustos y tendencias terminaron hundiendo su negocio en medio de un mercado en pleno crecimiento. Las condiciones para crecer estaban dadas, pero por no rediseñar sus productos quedaron obsoletos. Los factores externos que alteran tu negocio pueden hundirte o potenciarte.

   
   

4. Buscar el diferencial -  Propuesta de valor.

   Como en todo negocio, salvo que descubras algo único, SIEMPRE vas a tener competencia, entonces lo importante es buscar tu diferencial. Qué te hace único, qué te diferencia del resto, qué es lo que podés ofrecer que nadie más tiene. Hay muchas cafeterías, pero seguramente la primera que se te viene a la cabeza es Starbucks, lo que distinguió a esta marca sobre las otras fue la experiencia del cliente. El negocio estaba enfocado, no en el producto sino en el cliente. Esto marco un diferencial tan grande que hoy la mayoría de las cafeterías del mundo adoptaron muchos conceptos de Starbucks. 
   Hay algo que tenes que te hace distinto de los demás, esa es tu propuesta de valor.
   
   

5. La bendición está en vos, no en lo que haces.

   Hay algo que entendimos a lo largo de estos años emprendiendo. Esta clave te trae mucha libertad y te saca el peso de pensar que todo depende de lo que vos hagas o tus decisiones. Si bien hay que ser sabios y buscar la guía de Dios, lo que tenemos que entender es que DIOS nos bendice a nosotros como hijos y como resultado bendice la obra de nuestras manos. No hay un negocio bendecido esperando que vos lo encuentres, sino que vos sos bendecido y lo que hagas guiado por Dios va a dar fruto.