Estas son algunas de las frases más comunes que escuchamos en diciembre, hemos normalizado el hecho de terminar el año cansados, agotados, esperando esas benditas vacaciones que nos salven y nos renueven, pero que generalmente terminan sin ser suficientes ya que el problema no es el fin de año, sino, el ritmo en el cual vivimos que nos lleva a un cansancio crónico.

Mi historia personal

Hace unos años atras estaba en el patio de mi casa. No recuerdo si llovía o estaba soleado, pero comencé a meditar en mi año, y pensar cómo había sido. 

No soy de hacer muchos balances, pero ese año lo necesitaba. Comencé a escribir, ya que esto me ayuda a bajar los pensamientos y comprender mejor lo que me sucede, y escribía algo como esto:

“Estuve meditando que todo el año estuve ocupado trabajando, pensando, planificando, y me olvidé de vivir. Dejé de hacer lo que me gustaba, perdí mi paz, y me costó recuperarla. Me llené de muchas tareas y eso afectó mi salud, consumió mi energía y enfrió mi amor por Dios. Me cansé ¡Quiero vivir! 

Quiero disfrutar, ser diligente, trabajar mucho pero también descansar profundamente, quiero estar en el presente, donde sucede la vida.”

Al escribir esto, no estaba solo registrando un año, estaba registrando mi estilo de vida hasta ese momento.

Un estilo de vida donde la productividad y el hacer gobernaban, y el descansar era prácticamente un “pecado”. Asociaba el descanso con pereza, y con pérdida de tiempo. Pero el fruto de mi vida, me estaba diciendo que estaba equivocado.

Lo normal en cada diciembre era terminar mal, sin energía y prácticamente con las reservas casi agotadas. Pero ese año comencé a hacerme preguntas ¿por qué esto debería ser normal? ¿Por qué fin de año debía ser "el último tirón"? ¿Se puede vivir diferente?

Estas preguntas me llevaron a replantearme mi forma de vivir y a creer que es posible terminar el año mejor de lo que lo comencé. Hoy, 2 años después, puedo decir que esa idea se transformó en un principio de vida, que me gustaría compartirte.

TEMPORADAS

En la naturaleza todo funciona en procesos y temporadas y si sabemos que fin de año siempre sucede “a fin de año” me debo preparar. 

Es sencillo, si todos los años los término igual, es porque estoy cosechando lo que mi estilo de vida está sembrando cada día, cada semana y cada mes. La culpa no es del calendario, sino de lo que sembramos.

Si termino el año AGOTADO, es porque vivo de forma agotadora; Si termino el año sin fuerzas, es porque utilicé todas mis fuerzas de manera equivocada.

“Mi vida hoy es el resultado de decisiones pasadas”

Las vacaciones no pueden ser mi salvavidas constante. Necesito cambiar mi estilo de vida con hábitos diarios, semanales y mensuales. Es por eso que quiero proponerte un sencillo hábito que me ha ayudado a terminar cada año mejor de lo que lo comencé. Y no solo eso, sino que me renueva semanalmente.

Practicar el día de descanso 1 vez a la semana.

Te cuento como funciona, de manera muy práctica.

1. Elegí un día donde vas a parar completamente todo lo que estás haciendo.

Si sabes algo del shabat, sabrás que el día de descanso para el pueblo judío comienza a la tarde del viernes hasta la tarde del sábado. 

Hoy no nos vamos a adentrar en el shabat como mandamiento, sino que vamos a reconocer el principio detrás. 

“Dios establece un ritmo de vida, un principio y es el de trabajar seis días y descansar uno.”

Solo por esta actividad, no quiero que te limites en el día, simplemente elegí el día que te quede más cómodo. Puede ser un lunes, un domingo, o cualquier otro.

Bien. ¿Ya elegiste el día? 

Si un día entero para vos es mucho, te entiendo.

A mi también me pasaba que pensar en no hacer nada un día entero me estresaba. Eso mostró cuánto necesitaba cambiar mi manera de pensar. Al comenzar, fue difícil, pero meses después me sentí con más energía, descanso y esperanza. 

Si te parece mucho, entonces elegí 2 ó 4 horas de un día.

1. ¿Ya lo elegiste? Escribilo para que no te olvides.

Ejemplo: 

• Dia: Domingo 

• Hora: de 8 am a 18 hs.

Perfecto. Durante ese tiempo, vas a hacer 3 cosas claves.

1. No trabajes

Y no solo no hacerlo, sino, no pensar en nada que tenga que ver con tu trabajo. Olvidate de tus checklist, entrena a tu mente a dejar de estar en modo trabajo por un día, un par de horas.

1. Desconectate

A veces lo que más nos cansa es la demanda constante, el estar siempre hiper-conectados con todo lo que sucede en el mundo. En esas horas, apaga el celu, disfruta, relaja. Tranqui, el mundo sigue girando, realmente casi nada es una “emergencia”.

2. Disfruta

Hace algo que te haga bien, que disfrutes, dormí, salí a dar una vuelta, anda a una linda cafetería con un buen libro, juntate con amigos, hace cosas que te hagan sentir vivo.

Haciendo estas cosas sencillas de manera regular, te aseguro que vas a poder ver un cambio radical en tus semanas, meses y en el año completo.

Un último tip es que, si no te sale, no te rindas. Seguí intentándolo, semana tras semana. Es un cambio radical en nuestra manera de pensar y de vivir, por lo que va a haber resistencia.

Tal vez estás terminando de leer esto y pensas que no todo el mundo puede hacer esto “vos no conoces todo lo que tengo que hacer” “esto es imposible” “no me puedo desconectar” 

Si ese sos vos dejame darte un reality check.
Si Dios descansó un día, vos también deberías hacerlo.
Porque no creo que tengas más cosas que hacer que Dios.

Busca la manera, practica, empezá de a poco, y fijate los beneficios de este estilo de vida sustentable. 

Dejemos de ver a diciembre como el “mes de más cansancio” y que diciembre del 2025 nos encuentre MEJOR DE LO QUE LO COMENZAMOS.