Un artista ofrece lo que ha consumido, vivido y absorbido en su espíritu; consciente o inconsciente, cada manifestación artística es una consecuencia de lo que se alimentó.

 "La manifestación de la mente" así es cómo se definía la psicodelia a finales de los años 50, una afirmación que abrió las puertas a una multitud de artistas ávidos de nuevas fuentes de inspiración para su música.

 El rock psicodélico dominó la industria musical a mediados de los años 60. Su principal característica era relatar, de manera lírica y musical, los viajes lisérgicos experimentados bajo los efectos del LSD.

Aunque pueda parecer un cliché escuchar "esos músicos son todos drogadictos", esta percepción tiene sus raíces en una época fuertemente influenciada por estas prácticas y por el movimiento hippie.

¿Cómo nace la relación artística con el LSD y cómo influyó de tal manera que dio origen a un estilo musical y a una corriente ideológica que marcó a toda una generación hasta el día de hoy?

Dos factores se combinaron para dar origen a este movimiento. Primero, una generación inconforme de jóvenes hijos de la posguerra que no se ajustaban al modelo del sueño americano. Segundo, la falta de inspiración y la búsqueda espiritual que generaban un vacío y un deseo por nuevas experiencias. En este contexto, el LSD se convirtió en una revolución sensorial. Muchos artistas afirman que la experiencia no se limitaba a un simple viaje de colores y formas, sino que era un viaje que cambiaba su cosmovisión espiritual.

 El rock psicodélico se caracteriza por sonidos oníricos, procesados, teclados y guitarras distorsionadas, y voces con mucha reverberación, phaser y flanger. Esta búsqueda intenta reflejar de manera sonora lo que cada artista experimentó en sus viajes lisérgicos, dando lugar a lo que más tarde seria la raíz de los viajes astrales. Las letras también buscan reflejar estas vivencias.

La cultura hindú también influyó en este movimiento, aportando ideología y sonidos como el sitar tan característico en muchos álbumes de este género.

1967 fue el año de la explosión del rock psicodélico, con discos emblemáticos como "Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band" de The Beatles, "2000 Light Years from Home" de The Rolling Stones, "White Rabbit" de Jefferson Airplane, "The End" de The Doors, "Are You Experienced?" de The Jimi Hendrix Experience, y "Pet Sounds" de The Beach Boys, entre muchos otros.

 La ideología establecida por los llamados "BEATS", un grupo de pensadores y psicólogos que promovían el consumo del LSD, dictaba que la sociedad debía adoptar cuatro prácticas principales: libertad sexual, uso lúdico de drogas, acercamiento a la filosofía oriental y la vida en carretera. Esta base se convirtió en el pilar de la cultura psicodélica y del movimiento hippie.

 "Las puertas de la percepción" fue el título del ensayo de Aldous Huxley tras un experimento con LSD en 1954. Este ensayo se convirtió en un estandarte del movimiento psicodélico y hippie.

Abrir puertas parece una constante para recibir inspiración, pero la pregunta clave es: ¿a qué? Los artistas son almas curiosas y hambrientas por ver las cosas de manera diferente. Esto nos lleva a golpear puertas a mundos que muchas veces son hostiles con nuestra alma y espíritu. Aunque pueda parecer simplista, este movimiento surge de un vacío, de un hambre espiritual no saciado. Cosas extraordinarias surgieron de allí, pero la pregunta es: ¿cuál fue el precio que hubo que pagar en aquellos viajes? ¿A qué lugares se sometió el espíritu para obtener una inspiración fuera de serie?

Esta era musical parece casi inigualable en términos de bandas, artistas y canciones. Pero no podemos justificar por ese "logro", el consumo de sustancias y la apertura espiritual desmedida y desordenada. Hay otras formas, puras y sin el daño de espíritus oscuros. Hay abundancia para tomar del Reino de la luz.

Volviendo al inicio, el espíritu debe ser alimentado. Solo así podemos producir un sonido, una poesía, incluso un alimento del que otro pueda nutrirse. Por lo tanto, todo lo que suena dará testimonio de la vivencia espiritual del artista. Sabio seria ser selectivo con lo que dejamos que suene y qué puertas estamos dejando que se abran.