Así, la Inteligencia Artificial (I.A.) para muchos ha pasado a ser un “parácletos” (παράκλητος), rol originalmente ocupado por el Espíritu Santo en la vida cristiana, en medio de la red informática mundial, donde esa parte de nuestra humanidad, solipsista, aislada, o generando redes de creación meramente utilitarias, da razón de ser a la especificación de la existencia de los usuarios. Para fabricar piezas de una gran maquinaria, ellos mismos deben consagrarse como piezas de una sociedad igual de estratificada.

La I.A., en medio de este ecosistema cibernético de avatares, nicks y fichas de función, es secretario, bibliotecario, asesor, el técnico que organiza, promueve el tejido entre operaciones, un albañil de construcciones focalizadas, bajo el mando de arquitectos estandarizados, a veces incluso anónimos, tras un máscara de suscritos.

Pero el problema no está en la herramienta sino en el corazón de quien la usa - y ni siquiera su sola intención, sino en cómo se presta para fijar su identidad, definiéndola, confundiendo esto con el uso, capacidad o poder que le otorgue la herramienta, en medio de su quehacer y destino, la humanidad, así proclive y huérfana, renueva ídolos.

El vértigo ante las tecnologías, es el temor de la humanidad ante un espejo opaco que termina delimitando su propia imagen: se estandariza a sí mismo en función de tareas que bien pueden prescindirle: la tecnología le devuelve su propio eco de egoísmo, y le muestra su vulnerabilidad, su posible prescindencia, porque prescinde de otros - el “parche” (patch) a este sentimiento,  es enmascarar su desesperación y orgullo, haciendo que sus inventos lleven su propia imagen, efigie, sello. Así vemos como muchos inventos derivados de ciertos diseños de negocio, empresariales, o su mismo uso en contextos sociales, injustos, como la misma empresa bélica, o en el resumen discursivo de un conciso logotipo, queda resonando, vacía, la gloria de una imagen que un día será una ruina polvorienta y seca. 

¿De quién es esta imagen y la inscripción?
Marcos 12:16

El ensalzamiento de las herramientas parte de corazones que se saben en el destierro y que la tierra les niega su fruto - los artificios podrían estar supliendo lo que se había perdido de armonía con la creación.

¿Pero qué sucedería con ellas en las manos ‘correctas’? Entendiendo el vivir en un mundo del cual no fuimos quitados, y una naturaleza sujeta a vanidad, aún así somos luz y sal, esas muestras de justicia, usando las herramientas que sean, en favor de la extensión del reino. Un automóvil puede atropellar personas, pero también transportar cargamentos de bendición a zonas lejanas.

Hubo Uno que sacrificándose en medio del opresión imperial y la desesperación nacionalista, instruyó que todo se puede percibir y entender desde otra realidad si tan sólo nos rendimos para nacer de nuevo, así, podemos llevar las herramientas a obediencia y uso de la labranza que requiere esta tierra, sus habitantes, y estos días “malos”, y nosotros enseñoreemos, sujetando nuestra identidad en lo eterno y no en lo que requiere servidores que pueden apagarse.

*Las imágenes pertenecen a "Ghost in the Shell" es una obra de ciencia ficción cyberpunk que explora temas de identidad, tecnología y la naturaleza de la conciencia. El tema central gira en torno a lo que significa ser humano en una era de avanzada cibernética y la posibilidad de que una inteligencia artificial pueda desarrollar su propia conciencia.